TRIBUTOS
VERDES: REFORMA TRIBUTARIA COMO INSTRUMENTO DE POLÍTICA FISCAL
Por: Rosario de Jesús
Muñoz Romero
Estudiante de la Maestría en Política y Gestión Tributaria
con mención en Política y Sistema Tributario de la Facultad de Contabilidad de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
La reforma tributaria, actualmente en discusión, necesita
una reforma que se adapte a las necesidades actuales; un tema novedoso y por
ende aún en agenda pendiente, es la regulación de los Tributos Verdes también
conocidos como tributos medioambientales.
El Perú es un país que no contempla tributos relacionados
con el medio ambiente; como bien su misma naturaleza determina, estos tributos
tienen un fin parafiscal, se busca incentivar que tanto el Sector Industrial
así como el Parque Automotriz opten por alternativas más limpias y con menos impacto
en el medio Ambiente reduciendo su Huella de Carbono la cual se ha identificado
como el principal responsable del calentamiento global.
Al respecto, el Perú cuenta con un mercado de carbono, a
través del cual las empresas peruanas compensan sus emisiones con bonos, o
certificados generados localmente, sin embargo es un comercio de emisiones
voluntario.
En otros países la regulación ha sido diseñada para
castigar dicha conducta; sin embargo, la necesidad actual va más allá, no sólo
debemos buscar la función correccional de una conducta, sino que debemos
trascender a ello y buscar herramientas que tenga como meta desincentivar la
emisión de Huella de Carbono.
El principal objetivo de este instrumento es corregir una
externalidad, es decir, cuando un individuo o empresa efectúa una actividad que
genera costos en terceros que no los tienen en cuenta. En este caso, la
externalidad es la contaminación del aire y el objetivo del tributo es que los
individuos o empresas que contaminan internalicen el daño que producen en el
resto de la sociedad.
Esta meta, no sólo debe limitarse a sancionar, sino que la
verdadera efectividad de la medida se determina cuando se corrige la conducta,
es decir, el sujeto modifica su conducta y ya no efectúa la acción, por ello,
como se puede apreciar de la experiencia de otros países, la sola sanción no
desincentiva la conducta, por ello debemos de elaborar una regulación no solo
sancionadora sino también desincentivadora.
La propuesta de medida para lograr el propósito es la creación
de tributos verdes, cuya finalidad va más allá del clásico cliché tributario
(recaudación) sino que tiene un fin parafiscal, generar que los futuros sujetos
pasivos que más contribuyen con la emisión de gases disminuyan en ello o dejen
de efectuarlo.
Por ello, la propuesta está orientada a utilizar la
Política Fiscal como una herramienta que no sólo cumpla con una función
recaudadora, sino que tenga como fin principal la de contribuir a la corrección
de medidas, es decir un fin parafiscal, corregir algunas externalidades
ambientales que hasta ahora no son controladas con reglamentos e instrumentos
específicos con la finalidad de estimular cambios tecnológicos o inducir la
adopción de prácticas enfocadas a la reducción de emisiones.
Desde el punto de vista económico, el impacto de este
tributo es alto pero muy positivo para el Medio Ambiente dada la cantidad de
emisión de Huella de Carbono que podría llegar a reducir; además, al gravar la
emisión del mismo, tiene efectos adyacentes como por ejemplo la renovación del
Parque Automotriz que actualmente se encuentra saturado, además, un tributo
como éste tendría como efecto inmediato que muchos vehículos dejen de circular
lo cual favorece a la disminución del tráfico vehicular, entre otros.
Por ejemplo se tiene que en Chile se gravan las emisiones
globales como son las de C02, para apoyar los esfuerzos internacionales por
disminuir los efectos del Cambio Climático y emisiones locales como SO2, NOx y
MP que considera costos sociales de la contaminación. Estos incluyen un
impuesto a la importación de vehículos a petróleo diésel, de acuerdo al
rendimiento urbano expresado en km/lt, con el objetivo de penaliza los
vehículos menos eficientes y más contaminantes.
Por lo expuesto se aprecia que los impuestos verdes son una
buena iniciativa, que permite avanzar en esta dirección y preparar al país para
una regulación más ambiciosa y que incorpore a otros sectores, con ello
ampliamos la base tributaria y reducimos la Huella de Carbono.
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